miércoles, 20 de enero de 2016

Formación y expansión de los reinos peninsulares

          En el siglo XIII, la mayor parte de la Península Ibérica había sido ocupada por los musulmanes, que habían creado Al-Andalus.
Pero en la Cordillera Cantabria existía una población que se había resistido a la conquista y que fundó el reino de Asturias. En los Pirineos,  una serie de condados (Marca Hispánica) ligados al rey franco se fueron independizando.
En el siglo XI, con el declive musulmán, se consolidaron los primeros reinos cristianos de la península.


       
El origen de los reinos cantábricos

         Con la conquista musulmana, algunos nobles hispanovisigodos se refugiaron en la Cordillera Cantábrica.
         Uno de ellos, Pelayo, consiguió la primera victoria en Covadonga (Asturias) e inició la Reconquista de las tierras musulmanas.
         Sus sucesores, Alfonso I y Alfonso II, crearon el reino de Asturias, con capital en Oviedo, que llegó a dominar parte de Galicia.
         En la segunda mitad del siglo IX, Alfonso III ocupo la zona hasta el río Duero y creó el reino de León.
         Este monarca construyó una línea defensiva de castillos en las tierras orientales del reino de León, zona poco habitada y peligrosa. Esta región se denominó Castilla.


Los condados y reinos pirenaicos

          En la zona de los Pirineos, Carlomagno creó la Marca Hispánica, una franja de tierra fortificada y dividida en condados.
          A la muerte de Carlomagno, muchos de esos condados pirenaicos se convirtieron en reinos y condados independientes.
          Reino de Pamplona. Tuvo su máxima expansión con Sancho III el Mayor, que unió el reino de Pamplona (más tarde se llamará el reino de Navarra) y los territorios de Castilla y Aragón. Sin embargo, a la muerte del rey, el reino se dividió entre sus hijos.
          Reino de Aragón, Durante el siglo IX, algunos condados aragoneses también consiguieron su independencia. Ramiro I, hijo de Sancho III se proclamó rey de Aragón.
          Condados Catalanes, En el siglo IX, Vifredo el Velloso, conde de Barcelona, incorporó a su condado otros condados catalanes y convirtió sus derechos en hereditarios. Mas tarde, Borrell II, conde de Barcelona, se independizó del rey franco.



La expansión territorial de los siglos XI y XII

          La descomposición del califato de Córdoba en reinos de taifas originó una inferioridad militar de los musulmanes, que fué aprovechada por los reinos cristianos para avanzar en la reconquista.
          Los reyes musulmanes, para comprar la paz, entregaban cada año oro y objetos preciosos a los reyes cristianos (las parias). Con estos tributos, los reinos cristianos reforzaron su poder militar.
          Fernando I, primer rey de Castilla, conquisto Coimbra y repobló la zona Sur del Duero. Su hijo, Alfonso VI, ocupo Toledo y llevó la frontera de su reino más allá del río Tajo.
          Alfonso I el Batallador, rey de Aragón, inició la conquista del reino musulmán de Zaragoza. Posteriormente, Alfonso II acabó la ocupación de Aragón con la conquista de Caspe y la fundación de Teruel.
          Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, conquistó a los musulmanes las ciudades de Tortosa y Lleida.
          Para defenderse del avance cristiano, los musulmanes pidieron ayuda al imperio islámico almoravíde, situado al norte de África.
Los ejércitos almorávides derrotaron a a los reyes cristianos, que tuvieron que ceder algunos territorios.
Los reinos de taifas también cayeron bajo el dominio de los almorávides.
Cuando el poder de los almorávides se debilitó, llegaron los ejércitos almohades, otro imperio islámico del norte de África.



El Románico en la península Ibérica

          El arte románico se introdujo en la península Ibérica a través de los nuevos caminos de peregrinación hacia la tumba del apóstol Santiago. Ello dio origen al camino de Santiago.
Los edificios románicos mas destacados son:

- La Catedral de Santiago de Compostela, la de Salamanca y la Iglesia de San Martín de Frómista en los Reinos de León y Castilla.

- El monasterio de Ripoll y las iglesias de San Clemente y Santa María de Tahull, en Cataluña.

- La Catedral de Jaca, en Aragón, y la iglesia de san Miguel de Estella, en Navarra.

          La escultura románica se centra en las fachadas y en los capiteles de las iglesias. Sobresalen las esculturas de Ripoll, San Pedro de Huesca y Santiago de Compostela.
          En pintura destacan las numerosas representaciones de Cristo y de la Virgen en las iglesias de Tahull (Cataluña), y las numerosas escenas de la vida cotidiana, en las iglesias de San Isidoro de León y de San Juan Baudelio de Berlanga (Castilla y León).


          En el siglo, la iglesia construida en el lugar donde, según la leyenda, estaba enterrado el apóstol Santiago se convirtió en un importante centro de peregrinación de la Cristiandad. Esto dio origen al Camino de Santiago.



El Islam y Al-Andalus

          El Islam, como el Judaísmo y el Cristianismo, es una religión monoteísta que cree en un Dios único. El profeta Mahoma predicó esta religión durante el siglo VII en Arabia. Se extendió por Asia, Norte de África y parte de Európa.

          Los musulmanes penetraron en la península Ibérica (Al-Andalus) en 711 y permanecieron hasta 1492. Su presencia influyó en nuestra cultura, arte, costumbres, etc.


Mahoma difunde una nueva religión

          La religión islámica tuvo su origen en la península de Arabia, situada en Oriente Medio.
Sus habitantes se dedicaban a la agricultura, a la ganadería y al comercio. Adoraban a muchos dioses y su principal centro religioso era La Meca.

          Mahoma nació en La Meca. Era un hombre muy religioso, y según la tradición, el arcángel Gabriel se le apareció y le dijo que él era el profeta de Alá (Dios en Árabe) elegido para predicar una nueva religión.

          Esta religión era el Islam, basado en el sometimiento a la voluntad divina:


- El monoteismo es su principal fundamento: Alá es Dios único, eterno y todopoderoso. No se le puede representar en imágenes (tampoco a Mahoma).
- No hay sacerdotes, pero sí personas que dirigen la oración (imanes)  e interpretan los textos coránicos (ulemas).

          En el año 622, Mahoma tuvo que abandonar La Meca y refugiarse en la ciudad de Medina. Este hecho se conoce con el nombre de Hégira (huida) y marca el inicio de la era musulmana y de su calendario.

          Mahoma convirtió a los habitantes de Medina al Islam. A su muerte, en el año 632, la gran mayoría de los habitantes de Arabia eran ya musulmanes.


          En la ciudad de Medina, los musulmanes construyeron un edificio para Mahoma y un lugar de oración: fue la primera mezquita.


La expansión del Islam

          Poco después de la muerte de Mahoma, los musulmanes ya controlaban Egipto, Siria e Irak. Y en menos de un siglo conquistaron Irán, Afganistán, Asia central, Pakistán, el Norte de África y la Península Ibérica.

          Hasta el 750, este imperio fue dirigido desde Damasco (Siria) por los califas de la familia Omeya. Representaban el máximo poder (político y religioso), pero lo delegaban en el visir (primer ministro) y en el emir o gobernador.

          En el 750, los Abasíes de Bagdad sustituyeron a los Omeyas en el poder.

          Cuando los Abasíes perdieron fuerza, algunos territorios, como Al-Andalus, consiguieron la independencia política y religiosa.

          Con los califas Abasíes se frenó la expansión militar y fueron navegantes y caravaneros quienes propagaron el Islam por África, Malasia, Indonesia, Filipinas, China y las estepas asiáticas.

          Los pueblos sometidos a los musulmanes podían seguir con su propia religión, pero pagaban tributos.

          Como ser musulmán tenía ventajas sociales y económicas, gran parte de los habitantes de las tierras sometidas se convirtió al Islam.


El Islam en la Península Ibérica: Al-Andalus

          A principios del siglo VIII, los musulmanes conquistaron la Península Ibérica. La prolongada presencia del Islam influyó en la lengua y en la cultura de la población.

          La mayoría de los conquistadores eran bereberes norteafricanos, dirigidos por una minoría árabe. Cruzaron el estrecho de Gibraltar y vencieron a los visigodos en la batalla de Guadalete en el 711.

          Los ejércitos islámicos se apoderaron de la ciudades andaluzas y de Toledo, la capital visigoda. Los jefes de los musulmanes, Tariq y Muza, controlaron casi toda la Península en siete años.

          Algunos nobles y clérigos hispanovisigodos y unos pequeños grupos de población se refugiaron en la zona cántabro-asturiana, que no llegó a ser controlada por los musulmanes.

          Los musulmanes llamaron Al-Andalus al territorio peninsular, que pasó a ser una provincia o Emirato dependiente del Califato Omeya de Damasco.

          Cuando los Abasíes dieron muerte al último califa Omeya, el único superviviente, Abd al-Rahman I, se refugió en Al-Andalus, se independizó políticamente y se proclamó emir.

          El Emirato independiente fue una época de gran auge económico y cultural.




Del Califato de Córdoba a los reinos de taifas.

          En 912 el Emir Abd al-Rahman III accedió al poder. Su buen gobierno le permitió, en el año 929, proclamar la independencia religiosa y nombrarse califa de los creyentes de Al-Andalus. Su poder era absoluto.

          Surgió así el Califato de Córdoba (929 - 1036) el periodo de máximo explendor y estabilidad de Al-Andalus, durante el cual se frenó la expansión de los reinos cristianos.




          Pero a partir de 1008 se resquebrajó la unidad del Califato. Altos funcionarios, aristócratas y el ejército lucharon por el poder y el territorio de Al-Andalus se dividió en 25 reinos de taifas.
Las taifas no pudieron evitar el avance de los ejércitos cristianos.

          A pesar de los apoyos de almorávides y almohades, en el siglo XIII casi todas las taifas fueron conquistadas por los reinos cristianos.

          El reino nazarí de Granada fue el único territorio andalusí que sobrevivió. Abarcaba Almería, Granada, Málaga y parte de Cadiz.

          Su gran riqueza y actividad económica hicieron posible su supervivencia, ya que el tener muchos recursos económicos le permitía pagar grandes cantidades de dinero a los reyes de Castilla.




Economía y sociedad andalusíes.

          La ciudad era el centro de economía en el Islam y en sus mercados (Zocos) había todo tipos de productos.

          La mayoría de la población se dedicaba a la agricultura. Desarrollaron el regadío, pozos, norias, acequias e introdujeron nuevos cultivos: arroz, cítricos, cáñamo... También existía una floreciente artesanía, textil, cuero, vidrio.

          El comercio era muy activo. Al-Andalus exportaba productos artesanos y agrícolas e importaba materias primas,oro, plata y esclavos.

          La población musulmana estaba formada por:
- Los árabes. Tenían el poderpolítico y social y la propiedad de la tierra.
- Los bereberes. Eran gentes humildes y se dedicaban al pastoreo.
- Los muladíes. Formaban la mayoría de la población, y eran los hispanovisigodos convertidos al Islam.

          Había minorías no musulmanas, que pagaban mas impuestos y tenían menos derechos:
- Los mozárabes. Eran los hispanosvisigodos que se mantenían fieles al cristianismo. Muchos emigraron a tierras cristianas.
- Los Judíos. Se dedicaban a la artesanía, al comercio, a la medicina o a la ciencia.

Cultura y arte islámicos.

          De los siglos VIII al XIIla civilización islámica tubo gran importancia. El Islam difundió una misma lengua, el árabe, y eso permitió una fácil transmisión cultural e integración.

          Los musulmanes introdujeron los números arábigos, que procedían de la india, y desarrollaron la medicina, la filosofía, la ingeniería, la farmacia, la astronomía, los sistemas de irrigración, norias, acequias, etc.

          El arte islámico desarrolló la arquitectura y las artes decorativas. Al estar prohibido representar imágenes, la escritura y la pintura apenas tuvieron importancia.

          En arquitectura predomina la construcción de ladrillo y el uso de arcos y cúpulas. La decoración interior es muy rica, se utilizan mármoles y mosaicos.

          La mezquita es el edificio mas representativo. También construyeron importantes palacios, mercados y baños públicos.

          En Al-Andalus sobresalen la mezquita de Córdoba, los palacios de la Aljafería de Zaragoza y de la Alhambra de Granada, así como la Giralda y la Torre del Oro en Sevilla.

          En artes decorativas destaca la cerámica. Tubo también gran difusión la miniatura, con la que se decoraban los libros.




Frank.