Pero en la Cordillera Cantabria existía una población que se había resistido a la conquista y que fundó el reino de Asturias. En los Pirineos, una serie de condados (Marca Hispánica) ligados al rey franco se fueron independizando.
En el siglo XI, con el declive musulmán, se consolidaron los primeros reinos cristianos de la península.
El origen de los reinos cantábricos
Con la conquista musulmana, algunos nobles hispanovisigodos se refugiaron en la Cordillera Cantábrica.
Uno de ellos, Pelayo, consiguió la primera victoria en Covadonga (Asturias) e inició la Reconquista de las tierras musulmanas.
Sus sucesores, Alfonso I y Alfonso II, crearon el reino de Asturias, con capital en Oviedo, que llegó a dominar parte de Galicia.
En la segunda mitad del siglo IX, Alfonso III ocupo la zona hasta el río Duero y creó el reino de León.
Este monarca construyó una línea defensiva de castillos en las tierras orientales del reino de León, zona poco habitada y peligrosa. Esta región se denominó Castilla.
En la zona de los Pirineos, Carlomagno creó la Marca Hispánica, una franja de tierra fortificada y dividida en condados.
A la muerte de Carlomagno, muchos de esos condados pirenaicos se convirtieron en reinos y condados independientes.
Reino de Pamplona. Tuvo su máxima expansión con Sancho III el Mayor, que unió el reino de Pamplona (más tarde se llamará el reino de Navarra) y los territorios de Castilla y Aragón. Sin embargo, a la muerte del rey, el reino se dividió entre sus hijos.
Reino de Aragón, Durante el siglo IX, algunos condados aragoneses también consiguieron su independencia. Ramiro I, hijo de Sancho III se proclamó rey de Aragón.
Condados Catalanes, En el siglo IX, Vifredo el Velloso, conde de Barcelona, incorporó a su condado otros condados catalanes y convirtió sus derechos en hereditarios. Mas tarde, Borrell II, conde de Barcelona, se independizó del rey franco.
La expansión territorial de los siglos XI y XII
La descomposición del califato de Córdoba en reinos de taifas originó una inferioridad militar de los musulmanes, que fué aprovechada por los reinos cristianos para avanzar en la reconquista.
Los reyes musulmanes, para comprar la paz, entregaban cada año oro y objetos preciosos a los reyes cristianos (las parias). Con estos tributos, los reinos cristianos reforzaron su poder militar.
Fernando I, primer rey de Castilla, conquisto Coimbra y repobló la zona Sur del Duero. Su hijo, Alfonso VI, ocupo Toledo y llevó la frontera de su reino más allá del río Tajo.
Alfonso I el Batallador, rey de Aragón, inició la conquista del reino musulmán de Zaragoza. Posteriormente, Alfonso II acabó la ocupación de Aragón con la conquista de Caspe y la fundación de Teruel.
Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, conquistó a los musulmanes las ciudades de Tortosa y Lleida.
Para defenderse del avance cristiano, los musulmanes pidieron ayuda al imperio islámico almoravíde, situado al norte de África.
Los ejércitos almorávides derrotaron a a los reyes cristianos, que tuvieron que ceder algunos territorios.
Los reinos de taifas también cayeron bajo el dominio de los almorávides.
Cuando el poder de los almorávides se debilitó, llegaron los ejércitos almohades, otro imperio islámico del norte de África.
El arte románico se introdujo en la península Ibérica a través de los nuevos caminos de peregrinación hacia la tumba del apóstol Santiago. Ello dio origen al camino de Santiago.
Los edificios románicos mas destacados son:
- La Catedral de Santiago de Compostela, la de Salamanca y la Iglesia de San Martín de Frómista en los Reinos de León y Castilla.
- El monasterio de Ripoll y las iglesias de San Clemente y Santa María de Tahull, en Cataluña.
- La Catedral de Jaca, en Aragón, y la iglesia de san Miguel de Estella, en Navarra.
La escultura románica se centra en las fachadas y en los capiteles de las iglesias. Sobresalen las esculturas de Ripoll, San Pedro de Huesca y Santiago de Compostela.
En pintura destacan las numerosas representaciones de Cristo y de la Virgen en las iglesias de Tahull (Cataluña), y las numerosas escenas de la vida cotidiana, en las iglesias de San Isidoro de León y de San Juan Baudelio de Berlanga (Castilla y León).
En el siglo, la iglesia construida en el lugar donde, según la leyenda, estaba enterrado el apóstol Santiago se convirtió en un importante centro de peregrinación de la Cristiandad. Esto dio origen al Camino de Santiago.